El cambio es inevitable para las organizaciones y, a su vez, trae consigo una necesaria evolución de las habilidades laborales . Es decir, constantemente las empresas enfrentan dificultades que habrán de superarse con ayuda del mejoramiento de las competencias de las personas que las integran.
Habilidades que deben evolucionar para hacer frente a las dificultades en las organizaciones
1) Trabajo en equipo
Cuando las organizaciones o empresas enfrentan dificultades, es necesario llevar a cabo cambios principalmente en la forma de funcionar. Lo anterior implica la organización del trabajo de las personas. Se vuelve fundamental pasar de la división del trabajo entre los miembros de los equipos a trabajar de manera colaborativa. Es decir, hacer una verdadera sinergia para la consecución de los objetivos de la empresa.
Para ello, el trabajo toma forma de proyectos y los involucrados participan en todas las tareas necesarias para llevarlos a cabo, con ello, al mismo tiempo, aumenta su experiencia y se enriquece tu empresa.
2) Comunicación
En épocas de crisis o de cambio, la comunicación tiende a volverse caótica: puede llenarse de ruido (chismes de “radiopasillo”); los mensajes no son claros, incluso pueden ser contradictorios; los medios se saturan o resultan no ser los adecuados, y los canales entre emisor y receptor se estrechan cada vez más.
Por tanto, es vital para la supervivencia de tu empresa potenciar la comunicación entre sus miembros y llevarla incluso a nuevos niveles. Lo ideal es lograr una comunicación asertiva, la cual implica relacionarse con los demás de manera honesta y empática, compartiendo la información de manera responsable y expresando lo que sentimos y pensamos con respeto.
Recordemos que, en entornos laborales, la comunicación es tan importante como en otras áreas de la vida, pues es esencial establecer contacto continuo entre colaboradores.
3) Toma de decisiones
Sin duda, la capacidad para tomar decisiones es crítica al enfrentar con éxito las dificultades en cualquier ámbito, máxime cuando se trata de asuntos laborales que implican tiempo y dinero. Como colaboradores, ser autónomos es una habilidad realmente apreciada, pues agiliza los procesos, ya que la dependencia o adhesión a los supervisores es mínima.
Esto contribuye a disminuir el caos y da paso a nuevas formas de acción. Precisamente, la iniciativa en los colaboradores refleja su grado de autonomía y les permite ser propositivos a la hora de hacer frente a los retos aportando nuevas ideas o posibles soluciones valiosas para tu organización.
4) Productividad
La productividad laboral representa siempre un indicador confiable de la situación actual de tu empresa. Si esta presenta problemas en su funcionamiento, con seguridad se verán reflejados en su capacidad productiva.
Por eso, debemos asegurar que el personal de la empresa conserve el dinamismo o empuje con el cual trabaja y, si es posible, potenciarlo aún más para que no existan los temibles números rojos que pugnan por aparecer en situaciones complicadas y que dificultan la recuperación de las empresas.
No obstante, la energía de las personas tiene que tomar una dirección o rumbo, el cual debe ser dictaminado previamente por los líderes de la organización, pues, si no existen metas claras, de nada servirán tus esfuerzos corporativos.
5) Capacidad de aprendizaje
Finalmente, la disposición por aprender de la experiencia será crucial para superar exitosamente los retos que se te presenten. El aprendizaje trae consigo la posibilidad de adaptarnos mejor a las circunstancias, ya que, si somos flexibles en nuestro actuar, encontraremos distintas opciones y posibilidades para resolver los problemas.
Como ves, una empresa siempre va a sortear problemas de diversa índole, más en crisis, pero pueden dejarse atrás centrándonos en estas habilidades. El apoyo de especialistas será fundamental en la evolución de tus colaboradores.
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